jueves, 6 de abril de 2017

Ninguna corrección, cuando es aplicada, resulta agradable, sino que duele; pero más tarde produce, a los que la han ejercitado, frutos de paz y de justicia. He 12,11




La disciplina significa control. La autodisciplina es autocontrol. Significa que te pones a hacer lo que realmente quieres hacer; pero no que seas una hoja al viento de tus pensamientos y sentimientos. La autodisciplina significa tomar la decisión de hacer lo que uno considera correcto. Es poner orden y eficacia en tu vida.
Con autodisciplina puedes ser moderado. No te extralimitas haciendo las cosas, ni te vuelves demasiado perezoso: simplemente consigues hacer las cosas. Los sentimientos vienen y van. Es posible que no puedas controlarlos, pero sí controlar lo que haces con ellos.
Cuando tienes autodisciplina, pones orden en tu vida. No dejas las cosas para después, sino que cumples lo que te propones. Gracias a la autodisciplina tienes “señorío” sobre tu propia vida.
La autodisciplina se practica controlando el tiempo y los sentimientos. Para controlar el tiempo hay que organizarlo en forma de rutinas diarias. Empleas la razón tranquila para enfrentarte a tus emociones, y por eso la vida se vuelve más tranquilas. Decides seguir las reglas de tu familia, de la escuela o del trabajo, y así comienzas a disfrutar de la convivencia.

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