martes, 28 de marzo de 2017

«Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino el de poder y amor y de dominio propio» 2 Tim 1,7. Tan pronto como advertimos la cercanía de un peligro volvamos a Dios.



Es en ese momento que debemos de rezar fervorosamente para que Dios en su misericordia nos dé la fuerza y la gracia para poder triunfar. La oración es siempre la mejor arma.

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