viernes, 17 de octubre de 2014

“En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Señor, no desamparaste a los que te buscaron”. Salmos 9:10



 La Palabra del Señor nos enseña que Dios tiene distintos nombres que se relacionan con lo que El puede hacer a nuestro favor. Tal vez usted sea una persona que amó a Dios desde pequeño pero sólo lo conocía como Salvador, como el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, y no como su Sanador. Por tal motivo, no había experimentado milagros ni sanidades, pero al entrar en una nueva dimensión de fe, conoció otro de los nombres de Dios: el Sanador, y recibió un toque en su cuerpo o pidió por alguien y fue sanado. ¡Bendito conocimiento que le trajo liberación!

En las Escrituras leemos que El es nuestro Abogado, Amigo, Amor, Buen Pastor, Consejero, Admirable. También Jesús es Bueno, el Cordero Inmolado, el Cristo, poder de Dios, el Espíritu de Vida, la Estrella de la Mañana, Fiel, Verdadero, Fortaleza para el pobre y el necesitado. Es el Don Inefable, el Don de Dios, el que lo llena todo, el que vive, el que vendrá, Emanuel o sea, Dios con nosotros.

Mientras seguimos leyendo descubrimos que Dios es Compasivo, Paz, Juez de todo, Fuerte, Dios de vivos y de muertos y de toda la tierra. Todos esos nombres están a nuestra disposición porque nosotros somos hijos del Altísimo, hijos del Rey de reyes, del Señor de señores, y podemos gozar de los beneficios que brotan de Su Poderoso Nombre.

Por eso, hoy al orar incluya en sus oraciones los nombres del Señor que se relacionan con su necesidad creyendo que Aquel que todo lo llena en todo, está de su lado dispuesto a darle lo que está necesitando

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